miércoles, 2 de diciembre de 2009

¡Quiién puso el casbel?

Por Javier Ibarrolac


Según un grupo de senadores que se reunieron la semana pasada con el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván en sus oficinas de Lomas de Sotelo, el general secretario les habría comentado de la existencia de un proyecto para unificar a las secretarías de la Defensa –con ella la Fuerza Aérea Mexicana- y de Marina Armada de México, con el agregado de que fuera un civil quien ocupara tan importante puesto.
El proyecto realmente existe, aunque no sólo en una pieza, y existe desde que el general Antonio Riviello Bazán, secretario de la Defensa Nacional en el gobierno de Carlos Salinas, elaboró un plan para crear la Comandancia del Ejército, y de ahí robustecer la Comandancia de la Fuerza Aérea, soslayando desde luego una Comandancia de la Armada.
Este movimiento, de acuerdo con el proyecto que tengo en mis manos, se sustenta en la “Directiva Político Militar” que habría de reforzar la “Doctrina Militar, la Lealtad y la Eficiencia”.
La idea de la creación de las diferentes comandancias era darle autonomía de gestión a la Fuerza Aérea Mexicana y a un necesario “Estado Mayor Conjunto”.
Estos planes, dijo el General Riviello “no fueron correctamente interpretados, y se quedaron en eso, en buenos intentos. No fue posible su inclusión oportuna en la Ley Orgánica del Ejército y la Fuerza Aérea”.
Pero si entonces no fueron correctamente interpretados esos planes, hoy llamó poderosamente atención que tras conocerse la versión hecha pública por los senadores reunidos con Galván, la Marina-Armada de México fue la primera en salir con mucha entereza, a aclarar que ellos no tenían el menor conocimiento del asunto y por lo demás sólo acatarían lo que les ordenara sus Comandantes, es decir, el presidente de la república y el Almirante Saynez.
Después sería la propia oficina de la presidencia la que negó rotundamente la existencia de un proyecto de esta categoría. Y para que amarrara el tema, el secretario de Gobernación aseguró que una fusión de este tipo no es un tema inmediato en la agenda política del país.
¿Y el Ejército? Pues hasta ahora ha guardado un extraño silencio.
Será que el general Galván sigue los pasos de su antecesor, Gerardo Clemente Ricardo Vega García quien solía decir que prefería el silencio que la estridencia.
“Si callamos, transigimos, retrocedemos por apatía, comodidad efímera o una falsa y equivocada tranquilidad más temprano que tarde nuestro arrepentimiento será irreversible”, dijo Galván.
Ya como presidente electo, Felipe Calderón recibió un proyecto elaborado por generales del Ejército, la Fuerza Aérea y Almirantes de la Armada en el que se pronunciaban precisamente por la creación de un Estado Mayor Conjunto, en el que se integraran las tres armas, proyecto que calificaron como “una organización flexible que permitirá tener como secretario a un civil”.
La visita de senadores a las oficinas del general Galván Galván fue por parte de la Comisión de Defensa integrada por varios partidos, pero el pasado 22 de septiembre, 10 senadores el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática se adelantó con el tema, al presentar una iniciativa que reforma y adiciona el artículo 91 constitucional con tres puntos básicos; primero: que la Secretaría de la Defensa Nacional integre al Ejército, a la Armada y la Fuerza Aérea; segundo: establecer requisitos constitucionales para quien ocupe la titularidad de esta dependencia, y entre ellos, de que sea un civil; y tercero: que el nombramiento del secretario de la Defensa sea ratificado por las dos partes de los miembros del Senado de la República.
Para los legisladores perredistas autores de la iniciativa, con más tintes políticos que operativos, “por muchos años los civiles se han desentendido de temas como el de la defensa y han considerado que los militares son los que tienen que decidir algunas políticas que, por su naturaleza, deben ser iniciativa de la autoridad civil; el instrumento son las fuerzas armadas, pero la política misma debe venir de la autoridad civil”.
Después de que en febrero de 2007 el general Galván dijo que “las fuerzas armadas robustecen al Congreso de la Unión, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Poder Judicial en su conjunto, hacen sólida a la sociedad y a sus esmeros y fortalecen al Poder Ejecutivo” los legisladores le dieron la espalda, y hasta le sugirieron ser más “prudente”. Ahora lo descobijan con la existencia del proyecto que aquí se trata.
El asunto no es menor. Lo último que el país pudiera soportar en estos momentos, sería una discrepancia de este calibre entre dos poderes: el civil y el militar.

fuerzasarmadas@prodigy.net.mx
www.fuerzasarmadasmexico.blogspot.com

No hay comentarios: