Informe militar

Por Javier Ibarrola


A partir de que Felipe Calderón asumió la presidencia de la república, el narcotráfico cobró inusitada virulencia hasta el grado de ponerse como ejemplo –para un funcionario despistado- y obligar al Ejército a destacar nada menos que 48,750 efectivos, más o menos la mitad del personal operativo con que cuentan las fuerzas armadas.
Esta cifra es el promedio mensual ocupado en esta lucha del 1 de septiembre de 2008 al 31 de agosto de 2009, según da cuenta el Tercer Informe de Labores de la Secretaría de la Defensa Nacional.
El informe militar considera que “debido a que las manifestaciones del Narcotráfico y Delincuencia Organizada son consideradas como
amenazas al Orden Interno que rebasan las capacidades de las Fuerzas de Seguridad Pública y claramente se sitúan en este ámbito, esta Secretaría
participa activamente en el Sistema Nacional de Seguridad Pública coadyuvando con autoridades de los tres niveles de gobierno para garantizar a la sociedad un entorno seguro”.
En dicho informe, se consideran como tres rubros torales, “minar la base económica de los narcotraficantes, al romper, gradualmente el ciclo vegetativo de los enervantes; inhibir el uso del territorio nacional al tráfico de drogas, psicotrópicos, precursores químicos y químicos esenciales; y, coadyuvar con otras autoridades en la desarticulación de las estructuras de la delincuencia”.
La situación geográfica de México liga a nuestro país, señala el informe, con el principal consumidor de drogas en el mundo y con los países productores de Sudamérica, lo que hace que México se vea involucrado en el fenómeno del narcotráfico, como región de tránsito de droga proveniente de Centro y Sudamérica, generando una serie de responsabilidades y presiones para el gobierno, que requieren especial atención como parte de las
acciones para garantizar la Seguridad Interior de la Nación.
En este contexto, el ejército ha detenido a 32 grandes operadores de los diferentes carteles que operan en todo el país. Además, han decomisado en el mismo lapso de tiempo, 22,215 armas de fuego poco más de dos millones de cartuchos y 1,402 granadas.
Con estas acciones parecería que esta “guerra” iniciada desde el primer día de gobierno de Felipe Calderón ha registrado buenos resultados.
Sin embargo, habría que mirar más atrás del gobierno de Felipe Calderón para reconocer que luego de tres décadas de este fenómeno, los resultados han sido magros: “las hectáreas de coca cultivadas no se han reducido, los impactos negativos en términos ambientales son altos y América Latina ha visto un aumento del consumo”, según un amplio estudio de Lucía Dammert, directora del Programa Seguridad y Ciudadanía de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, con sede en Chile.
En este estudio, se concluye que “las drogas se han instalado en el centro de la agenda de la gobernabilidad de América Latina. El incremento de la violencia de los carteles de drogas mexicanos, que se estima generó más de cinco mil narco ejecuciones durante 2008, ha sido disparados de este debate”.
Igualmente, en sus consideraciones, la autora del estudio sentencia que “un negocio que genera millones de dólares en ganancias anuales castiga a los grupos más vulnerables, lo que una vez más demuestra que el enemigo de la guerra contra las drogas ha sido mal definido”.
Eso se puede leer en la actualidad mexicana, cuando a pesar de la detención de los capos más importantes de la droga, son muchos más aquellos campesinos y gente que se inscribe en la extrema pobreza los que sufren las consecuencias de la delincuencia organizada. De ahí que las autoridades no duden en llenar de cifras su actuación al decir que se han capturado a miles de narcotraficantes, lo cual deja de ser cierto en cuanto a resultados efectivos de esta lucha.

De imaginaria

Escribe a FA el general de División (retirado) J. Ernesto Estrada Bustamante, tras la aprobación en el congreso del aumento en el IVA que “me ha tocado estar en otros países y es impresionante como envidian a México por todos los recursos naturales que tenemos, que combinados con nuestra situación geopolítica, nos hacen ser uno de los países más ricos del mundo. La paradoja es, ¿por qué estamos como estamos?
Comenta que hace años, cuando también hubo un alza de impuestos, hablaba con un economista que defendía esa postura con los mismos argumentos que ahora. Queremos más dinero, hay que subir los impuestos y que paguen los cautivos. Yo le decía que mejor se simplificara el pago de impuestos a manera de que todos se nos facilite pagar, rebajar impuestos e incentivar el pago lo han hecho otros países. El economista contestó: “todo eso costaría mucho trabajo”. Ese es el problema. No simplifican porque representa trabajo, pero sobre todo por la falta de amor al país y por intereses particulares, partidistas y de grupo”. El general Estrada Bustamante es autor de un muy completo estudio, titulado “Seguridad Nacional en la Coyuntura Actual”, del que habré de ocuparme en próximas entregas.

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