martes, 20 de octubre de 2009

La encrucijada final

Por Javier Ibarrola

Durante los próximos meses –sin proponérselo- las fuerzas armadas de al menos cinco países latinoamericanos se verán arrastradas hacia conflictos no deseados.
“Se verán forzadas a tomar una decisión moral, como ocurrió con los militares hondureños: ¿A quién obedecerán? ¿Al presidente en turno? ¿O al mandato constitucional de defender la democracia y las libertades?”.
Esta postura hace recordar el mensaje del alto mando miliar durante el sexenio pasado, cuando dijo que “este ejército de cuño constitucional ha visto como cada gobierno enfrenta sus encrucijadas y el ejército las hecho propias como razón de estado”.
Tales conclusiones son parte de una amplia compilación elaborada por la Unión de Organizaciones Democráticas de América (UODA) Uno-América, la cual revela el plan del llamado Foro de Sao Pablo (FSP) para destruir a las fuerzas armadas de Latinoamérica.
Creado hace 19 años el Foro de Sao Paulo ha reunido en los últimos años a la mayoría de las izquierdas de latinoamérica, incluyendo a los movimientos guerrilleros armados.
De 1990 a la fecha el FSP ha sostenido 15 encuentros, tres de los cuales (1991, 1998 y 2009) han ocurrido en México.
Entre sus miembros más destacados se encuentran las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el Partido de los trabajadores de Brasil, el Frente Amplio de Uruguay, el Partido Socialista de Chile, el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de Nicaragua y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido del Trabajo (PT) de México.
Fue precisamente México, con el patrocinio del PRD y el PT, la sede de la reunión del FSP, que se llevó a cabo del 20 al 23 de agosto pasado.
En esta oportunidad, reprobaron “la estrategia (de los gobiernos de la región), de utilizar la lucha contra el crimen organizado para
promover políticas de seguridad que militarizan las sociedades, reducen el espacio de
la acción política para la izquierda, criminalizan la lucha social y promueven el temor entre la población que favorecen acciones cada vez mas represivas. Este es el caso, particularmente, de lo que sucede en Mexico y Colombia como también en Perú y Honduras.
La UODA conmina “poner especial atención a la situación de Mexico, Colombia y Perú realizando a lo largo de 2010 una reunión del Grupo de Trabajo en cada uno de estos países, con el
objetivo de debatir las respectivas situaciones nacionales y lo que puede hacer el Foro
de Sao Paulo en términos de apoyo efectivo”.
Según el FSP “la mayoría de los ejércitos latinoamericanos han sido diseñados, no como guardianes de la democracia, ni de la soberanía nacional, todo lo contrario, han sido diseñados por el capital internacional, precisamente para ahogar la verdadera democracia y para ser policías del capital internacional”.
Considera igualmente que “el tema militar tiene que estar en la estrategia de los revolucionarios para romper la dominación; porque, con las diferencias que pueda haber en cada país, éste es uno de los factores de poder fundamentales con el cual tiene que lidiar un proceso revolucionario; ya que precisamente, en una revolución, su principal problema es el del poder, de alcanzar el poder; y éste es uno de los baluartes del poder”.
En base a estos planteamientos, la UODA concluye que el FSP pretende que “las fuerzas armadas latinoamericanas –tal como están concebidas en la actualidad- deben ser destruidas o transformadas en otro tipo de instituciones, para que funjan como brazo armado de la revolución, con el único objetivo de asegurar la permanencia en el poder de los abanderados del socialismo”.
Transformar a los militares en brazo armado del socialismo, y neutralizar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, son motivaciones de carácter supranacional. “Eso explica, dice la UODA, que las fuerzas armadas estén siendo atacadas de manera casi idéntica en toda la región, pese a las diferencias ideológicas que existen entre los distintos gobiernos latinoamericanos”.

De Imaginaria

La frustración suele ser mala consejera. El general de División (retirado) Juan Alfredo Oropeza Garnica, quien aspiraba al puesto de Secretario de la Defensa Nacional y que sólo consiguió una chamba para dirigir la Unidad Estratégica de Inteligencia de TELECOM-Telégrafos, explotó. Al llamar al general de División, también retirado, Carmelo Terán, quien colabora en esa misma oficina, la emprendió a golpes contra éste por el hecho de haber pedido sus vacaciones. Tal energía la debió haber puesto en práctica cuando comandó la Región Militar en Oaxaca.

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