martes, 19 de mayo de 2009

Ni pendencieros ni facciosos

Por Javier Ibarrola


Hace tiempo que el alto mando militar abandonó el discurso meloso para abonar en la realidad de un país constantemente en crisis. Por ello, a Felipe Calderón eso le debería ser suficiente para entender lo que pasa a su alrededor y no esperar a que esa realidad lacerante le explote en la cara.
Y es que no se trata de colgarse de los hechos heroicos del pasado, para ponderar los del presente. Hoy tenemos otro Mexico y otros enemigos que no tienen similitudes entre sí.
Pero el gobierno federal no sólo insiste en la remembranza histórica, muchas veces anacrónica, y se olvida de esa realidad que ahora incluso choca con la visión de quienes luchan día y noche contra los enemigos de hoy.
Y así lo dicen en cuanto oportunidad se presenta: “El crimen organizado y el narcotráfico son perversos agresores a la sociedad”, dijo el general Guillermo Galván Galván, secretario de la Defensa durante un acto oficial celebrado en Chihuahua el pasado día 14.
Y eso lo sabemos todos. Lo que nadie debe olvidar es que “la ciudadanía, a través de sus gobiernos, es quien ha demandado una participación más activa de las Fuerzas Armadas para coadyuvar a nulificar y desactivar tendencias y actores, cuya conducta desafiante y desbordada, al margen de toda ley, han puesto en grave riesgo el orden interno”.
Sin embargo el presidente Calderón ve las cosas de otra manera, o se las hacen ver diferentes. Para él, “la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de soporte y refuerzo a la seguridad pública son tareas subsidiarias, que eventualmente deberán ser asumidas a plenitud por las autoridades civiles…no puede y no debe ser permanente”.
Pero los delincuentes han ido demasiado lejos, “demasiado lejos y confiados en las pústulas de la impunidad, como lo dijo el general Guillermo Moreno Serrano, actual comandante de de la IV Región Militar en Monterrey, N.L.
Sorprende hora el presidente al calificar de subsidiarias las tareas del Ejército en materia de seguridad pública, cuando en agosto pasado, al firmar el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad dijo que el “éxito que, estoy seguro, tendrá esta iniciativa”, depende precisamente de las fuerzas armadas.
Calderón pudiera tener dudas sobre la temporalidad del Ejército en labores de seguridad pública, pero el alto mando militar no, porque sabe que “el mandato constitucional es transparente e indubitable: la fuerza armada permanente debe garantizar el orden interno; soslayarlo, supone provocar fallos en el quehacer adecuado del aparato y de Gobierno. Sabemos que en la ejecución de misiones en este contexto no bélico pueden llegar a trastocarse los sutiles hilos del tejido social”.
Y si alguna duda le queda al presidente o a sus hombres que le aconsejan regresar a los soldados a los cuarteles, como ya lo apunta el senador panista Ramón Galindo al exigir un plan intergubernamental tras la salida del Ejército de Chihuahua, suposición personal del senador, el general Galván la dejó despejada precisamente en Chihuahua.
“Nuestro ánimo no es pendenciero ni faccioso, por el contrario, es comedido y disciplinado a los mandatos legales y a las expectativas de la sociedad, pero cuando ello llega a suscitarse, disponemos de una esfera judicial adecuada para aplicar juicios y sanciones consistentes, instructivos y marcadamente ejemplares”.
Pero en el Congreso no se quiere dar un paso hacia la consecución de una base legal para que el Ejército actúe sin cortapisa en labores de seguridad pública. Lo pidió en febrero pasado el secretario de la Defensa Nacional y lo pidió hoy, aunque con tibieza, el presidente de la república. “De ahí nuestro respetuoso llamado a las autoridades locales, a fin de acelerar el paso en este proceso de recomposición institucional”.
Al contrario, no sólo no se legisla al respecto, sino que se ataca la existencia del fuero de guerra, “que de ningún modo ha pretendido escapar a la magna norma jurídica”.
Y mientras esto sucede y el gobierno prepara mejores policías y ministerios públicos confiables, honestos y eficientes”, la delincuencia sigue haciendo de este país lo que se le viene en gana. Por lo pronto puso de cabeza a Zacatecas con el “pulcro” operativo para rescatar a más de 50 reos de alta peligrosidad y en Guerrero dejó un macabro mensaje al secretario de la Defensa Nacional.
¿Podremos seguir esperando a que el gobierno prepare mejores policías?
Y lo más alarmante: ¿queremos mandar a los soldados a sus cuarteles?, Si así es la cosa, alguien quiere tener el campo libre para que el negocio más redituable del mundo deje otra vez para todos, aunque después los ex presidentes se avienten las culpas y las complicidades.
Y para eso, el Ejército estorba.
fuerzasarmadas@prodigy.net.mx
www.fuerzasarmadasmexico.blogspot.com

No hay comentarios: