miércoles, 6 de enero de 2010

La guerra de las cifras

Poresto
Enero 5 de 2010.

Fuerzas Armadas

Javier Ibarrola

• Guerra de cifras

El Ejército no deja de prepararse, ya sea para dar una mejor pelea con nuevos elementos o bien para alistar a los que pueden lleguen a ocupar muy pronto la secretaría de la defensa nacional.


Desde la administración de Vicente Fox, cuando el general Gerente Ricardo Clemente Vega García fungía como secretario de la Defensa Nacional, el alto mando militar dijo que la lucha contra el narcotráfico se había convertido en una guerra de cifras. No le faltaba razón.
En días pasados la Secretaría de la Defensa Nacional emitió una larga lista de los narcotraficantes más connotados y detenidos por el Ejército, mientras en otros sectores se daba prolija cuenta de los muertos ocurridos en todo el país a manos de la delincuencia organizada. De parte del Ejército han muerto un jefe, 60 oficiales y 35 de tropa.
La proporción es impresionante: En 1909 sólo en Baja California murieron ejecutados 676 personas y en total durante 2009 murieron cerca de siete mil individuos. Un indicador irrefutable de la tragedia nacional es la inmensa cuota de sangre provocada la irracionalidad en la que se vive, y en la que no importa seguir sumergiendo al país en una espiral de violencia para tratar de sobrevivir políticamente.
Sin embargo, la muerte de Arturo Beltrán Leyva y detención de su hermano Carlos han sido considerados por un gran logro, a pesar de que la familia del marino muerto en el operativo de Cuernavaca haya sido masacrada por gatilleros de Paraiso,Tabasco.
El cierre del año pareció marcar una tregua de esta violencia, por más que hasta en las iglesias se empezó a actuar con líneas narcoterroristas, alertando a la gente que se quedara en sus casas pues podrían ocurrir actos violentos.
¿Qué sigue? Es la pregunta inmediata: Felipe Calderón seguirá perorando sobre su lucha contra el narcotráfico, por más que sus resultados queden en la guerra de las cifras.
El Ejército no dejará de prepararse, ya sea para dar una mejor pelea con nuevos elementos o bien para preparar a estos para que el mejor llegue a ocupar muy pronto la secretaría de la defensa nacional.
Junto con este informe de guerra que emitió la secretaría de la Defensa Nacional, se dio noticia de diversos cambios en los altos mandos del país.
El general División Salvador Cienfuegos Zepeda, uno de los general más jóvenes del ejército y un permanente candidato a ocupar la Secretaría de la Defensa Nacional, fue cambiado de la 1ª Región Militar con base en la ciudad de México y parte del Estado de México, y la más importante en cuenta a efectivos, a la VII RM con base de Tuxtla Gutiérrez.
El general Luis Arturo Oliver Cen, quien fungía como subdirector Operativo del Estado Mayor de la Sedena, y quien se había convertido en el vocero de los grandes golpes que daba el Ejército al narcotráfico, pasó a ocupar la VI Región Militar en Oaxaca.
El General Enrique Canovas Buenrostro, fue removido de la V RM con sede en Guadalajara para hacerse cargo del 1er Cuerpo de Ejército, de dando pasó a retiro el general Sergio Ayón Rodríguez.
El general de División Arturo Pérez Cabello pasó de la III RM de Nuevo León a la 1ª RM
El general Virgilio Daniel Menendez Bazán, de la Dirección de Educación Militar a la X RM con base en Mérida.
Los cambios en el Ejército parecieran tener exclusivamente parte del adiestramiento que reciben inclusive los militares de alto cargo.
Sin embargo se trata tener un gran conocimiento del país. Se trata igualmente de no engañar a los mexicanos haciéndoles creer que el crimen organizado había rebasado a las instituciones del estado y que por ello la misión primordial era la de emprender una batalla bélica con todos los medios de destrucción a su alcance.
Hoy, una muestra de la derrota propagandista del régimen es el imaginario colectivo que constituye el hecho de que se ha hecho costumbre para muchos analistas, el elaborar un registro numérico de las muertes violentas atribuibles a la llamada guerra del narcotráfico.
Es en este punto se puede advertir que es muy posible que el número real de asesinatos en el país provocados por la violencia ligada al narcotráfico sea menor a la que se informa en los medios de comunicación.
Una vez más, los cambios en los mandos en el Ejército no son circunstanciales. Por ejemplo el general Carlos Demetrio Gaytán, subdirector Operativo perdió su oportunidad, junto con la salud, en tanto que Oliver Cen se apunta a la carrera.
Sin embargo, como en toda lucha humana, para llegar a la cima se necesitan recursos y en el Ejército hay quien los tiene y en cantidad.

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