martes, 14 de abril de 2009

Aval senatorial a la Marina

MILENIO
Abril 14 de 2009.

Fuerzas Armadas

Por Javier Ibarrola

· Aval senatorial a la Marina

William Perry vaticinaría que "nuevas generaciones de militares estadounidenses y mexicanos compartirán sus experiencias, entrenamiento y objetivos", para empezar, desde luego, para la lucha contra el narcotráfico.


En una decisión que ya puede considerarse histórica, las comisiones unidas de Relaciones Exteriores y Marina del Senado de la República, aprobaron ayer la participación de la Armada de México en los ejercicios militares UNITAS que se desarrollarán del 19 de abril al 7 de mayo en aguas de la Florida. Sólo faltaría la ratificación del pleno.
Dichas maniobras, en las que participarán igualmente varios países del área, tienen como objetivo visible el reforzar la estrategia y la lucha en contra del tráfico de drogas, esta vez por las vías marítimas cuya vigilancia se había descuidado, sobre todo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Los tres mil kilómetros de frontera que dividen los territorios de México y Estados Unidos configuran una zona a tal grado conflictiva, que ambos gobiernos, pero sobre todo el de Washington, sostiene que dicha frontera representa una amenaza real para su seguridad nacional.
Por ello, las fuerzas armadas de aquel país están replanteando su papel ante este cáncer mundial.
Si México lo considera como el problema más grave para la seguridad nacional y la salud pública, en Estados Unidos se le califica como un "peligro mortal" que ahora mismo representa su más formidable enemigo.
La participación de elementos de la Marina-Armada de México podría interpretarse como el fin de la tibia relación entre las fuerzas armadas de México y Estados Unidos. El Ejército no ha emitido opinión alguna.
Estas relaciones, "defensa-defensa", en cuanto a la lucha contra el narcotráfico, se habían dado por terminadas hace diez años, cuando la canciller mexicana Rosario Green dijo que México contaba ya con una sólida base institucional y material para continuar la lucha contra el tráfico de drogas, "esencialmente con recursos propios".
Y así parecía. Pero el tema se descontroló y las agencias federales mexicanas poco o nada pudieron hacer por detener el explosivo crecimiento del narcotráfico y sus daños colaterales.
Pero los estrategas del delito han contado siempre con los recursos económicos para luchar en varios frentes. En ese tiempo, reabrieron las rutas del Caribe, por donde transitaba el 25 por ciento de la droga que se consumía en Estados Unidos después del 11 de septiembre.
Por otra parte, los servicios de radar y la Guardia Costera se relocalizaron debido al conflicto en Afganistán y la amenaza de uno mayor en el Medio Oriente, sin descontar que el terrorismo aún pende sobre el ánimo de la sociedad estadounidense que teme se produzcan nuevos atentados en cualquier momento.
De acuerdo con Oscar Rocha, un ex agente antinarcóticos asignado a la embajada de Estados Unidos en México, entrevistado recientemente por el diario Financial Times, dijo entonces que "ahora sólo tenemos tres radares militares en el sur. Nos quedamos ciegos, no tenemos ninguna infraestructura y los agentes que teníamos ya los enviaron a otro lado".
Cualquiera que haya sido la razón, Estados Unidos, México y todos aquellos países involucrados en el negocio más redituable del mundo, tuvieron que acudir a sus fuerzas armadas para hacer frente a la amenaza.
Para México y Estados Unidos, finalmente llegó el “tercer vínculo”, buscado tenazmente por Washington desde 1995, cuando William Perry, Secretario de Defensa, vino por primera vez a México. Desde entonces Perry vaticinaría que "nuevas generaciones de militares estadounidenses y mexicanos compartirán sus experiencias, entrenamiento y objetivos", para empezar, desde luego, con la lucha contra el narcotráfico.
Tendremos que aceptar que Perry tenía voz de profeta.

De imaginaria

Como parte muy importante de los festejos que se avecinan con motivo del bicentenario de la independencia y centenario de la revolución, el Colegio de México prepara para esas fechas un libro bajo el título “Culturas e identidades en el México del siglo XXI”. La prestigiada institución concedió el gran honor al autor de esta columna de participar con el capítulo relativo a las fuerzas armadas, que habrá de titularse: “EL EJÉRCITO, AGLUTINANTE Y SOPORTE DE UNA NACION EN CONSTANTE CRISIS”. Los militares han tenido un papel preponderante en la vida política nacional, a pesar de que en algún momento los intereses de civiles y miliares dejaron de ser comunes. Actualmente el Ejército se considera a sí mismo un instrumento que robustece el Congreso y los tres poderes de la Unión. No sólo se ha convertido en una de las instituciones de mayor aceptación social, sino en un factor real de poder dentro del sistema político mexicano. Me adelanto a agradecer públicamente al Colegio de México el haber considerado mi participación en tan significativa obra.

fuerzasarmadas@prodigy.net.mx
www.fuerzasarmadasmexico.blogspot.com

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