Ejércitos en guerra

Por Javier Ibarrola

Reproduzco algunos correos electrónicos que periódicamente llegan a mi mesa de trabajo, porque como todo, dan muestra de los contrastes que, en este caso, se manifiestan en la milicia y sus integrantes, ya sea en activo o retirados.
A pesar de que algunos piden el anonimato y otros con entereza se identifican, todos tienen el valor de la opinión libre que debe prevalecer siempre en este país.
Por ejemplo, “Diego, el curandero”, como se hace llamar en su misiva está muy molesto con quien esto escribe:
“Usted siempre cuestionando el uso del ejército en el narcotráfico. Su único argumento es que la institución saldrá jodida. Como si México estuviera con bonos honoríficos muy altos. ¿En quién demonios quiere usted que recaiga el combate al crimen organizado? ¿En los AFIS? ¿En los SIEDOS? (que ya algunos están dentro del bote), ¿o en quién? Si los mexicanos no tenemos la capacidad de entender lo que está en medio de todo esto y por consecuencia los juicios darlos en función del momento y del hecho, entonces nos merecemos estar en la situación de mediocridad y estupidez en que siempre vivimos por lo que reste del tiempo. A calderón la gente ya lo juzgó en las votaciones pasadas. Pero si en cuatro o cinco años esta violencia se mete en control, todo habrá valido la pena, incluyendo los problemas que pueda tener el ejército, porque para eso está, para servir a la patria. Y en este momento la patria Sr.Ibarrola se la está cargando la chingada. Saludos y que la fuerza de la pluma siempre lo acompañe”.
Ahí queda su opinión y aquí está la de un marino retirado (chantzacan) quien con mesura y preocupación escribe de esta manera:
“Soy militar retirado, de la Armada de México como Tercer Condestable, equivalente a Sargento Segundo de artillería naval, y conozco las tensiones que vivimos en la actividad comprometida con la defensa de nuestro patrimonio nacional, y la peor
que puede vivir un soldado, que es la de tener que enfrentar a un hermano con diferencia de ideas, o en contra de los intereses supremos de la patria.
“En el marco de esos intereses, miles de hermanos militares en el activo están siendo enviados a enfrentar la delincuencia organizada
en las diversas formas que ha tomado el narcotráfico. “Por impotencia o estrategia, a nombre de la seguridad, el gobierno actual ha sacado a los soldados de los cuarteles para hacer el trabajo de policías, con las consecuencias inherentes. “El prestigio militar de antaño, tras el triste recuerdo del Batallón Olimpia, está siendo desastroso nuevamente para la institución, mientras la inseguridad aumenta.
“Las bandas, o diferentes carteles, luchan por los espacios mercantiles de la droga en las grandes ciudades y polos de desarrollo turístico
y se matan también entre ellos.
“Pero lo más grave, es que la situación en que los gobiernos neoliberales han sumido al país, de pobreza, ocio y desempleo, bajos salarios y
pensiones, está obligando a amplios sectores jóvenes de nuestra sociedad a ingresar a las fuerzas armadas o involucrarse en el narcotráfico: los dos ejércitos que ya están en guerra en nuestro país. Hermanos contra hermanos, siempre por la sobrevivencia económica, y como siempre, los de abajo somos los que vamos al frente. Porque ni los grandes capos, vinculados indiscutiblemente con los narco políticos, ni éstos
dan la cara en esta guerra sin cuartel, por causa de la "prohibición" del tráfico de drogas establecido en una ley que nadie cumple.
“Reitero la importancia digna de esta causa en sus publicaciones, para hacer conciencia desde la compleja perspectiva de las fuerzas
armadas”.
Se une al tema el “Desertor verde olivo”, un oficial del ejército que dejó las filas hace tiempo, para decir que “ya en México no es necesario ser un especializado analista para entender que los apologistas ideólogos del actual gobierno, son bisoños en los cálculos petrológicos de guerrillas urbanas entre la delincuencia organizada y el ejército. Ni es necesario penetrar a las estructuras de las fuerzas armadas, o del narcotráfico para darse cuenta de la metrología real de bajas y reclutamientos”.
Y mientras las ideas fluyen y los contrastes se marcan, en Chihuahua, punto neurálgico de la “guerra” que emprendió el ejército por órdenes de su comandante supremo Felipe Calderón, decidirán el día 15 si el Ejército se retira del estado.
Según el secretario de Seguridad Pública del estado, Víctor Valencia, el gobernador Reyes Baeza lo decidirá, según el general Felipe Espitia Hernández, comandante de la V Zona Militar sostuvo que serán los altos mandos de la Defensa Nacional, es decir el general Guillermo Galván Galván, quienes lo decidan.
Un conflicto más. Sin embargo los militares sí saben el significado de lo que decía Federico el Grande: “Quien lo defiende todo, no defiende nada”. Los civiles no.

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