Salud Naval

MILENIO
Enero 21 de 2009.

Por Javier Ibarrola

Para el soldado y el marino, nada hay más importante que mantener firme la seguridad de la nación que les ha sido encomendada junto con las armas de la república.
Jamás han quedado sujetos a modas sexenales o vaivenes partidistas para cumplir con las misiones que la Constitución les fija, al tiempo que igualmente vuelve a resaltar en su discurso, como misión, mantener el imperio de la propia Constitución.
No son misiones fáciles, ni mucho menos diseñadas para los débiles o los baldados. Ya lo ha dicho el alto mando naval, el Almirante Francisco Saynez Mendoza:
“Nos ha tocado un tiempo de mayor acción y compromiso con una sociedad que demanda los mínimos niveles de una seguridad que fue desatendida hasta alcanzar un grado peligroso en su control”.
Estos tiempos obligan a las fuerzas armadas a reforzarse, modernizarse y adiestrarse para cualquier contingencia, y nada de esto puede lograrse sin soldados, marinos y pilotos sanos de cuerpo y fuertes de espíritu.
Hoy, después de muchos años y esfuerzos, de trabas y mala disposición de algunos, los hombres del mar, los marinos de la Armada de México, puede enfrentar con confianza ese tiempo de mayor acción y compromiso con la apertura del más modernos centro médico que haya tenido la Marina: el Hospital General Naval de Alta Especialidad, cuyo dirección recayó en el Médico Cirujano Urólogo, Rafael Ángel Delgado Nieto.
Con más de 50 especialidades, con marcado énfasis en la prevención, diagnóstico temprano y tratamiento de las enfermedades neo plásticas más comunes, como el cáncer cérvico-uterino, mamario, colon y próstata, así como el establecimiento de una unidad de quimioterapia, terapia infusional y servicios de apoyo de alta tecnología.
El equipamiento del Hospital General Naval de Alta especialidad requirió de una inversión e 630 millones de pesos, equipamiento de alta tecnología a nivel internacional, lo que según los técnicos navales permitirá que los servicios otorgados sean de la más alta calidad redundando en beneficio de los militares y sus derechohabientes, posicionando a la Secretaría de Marina como líder en América Latina en la prestación de servicios médicos.
La atención médica, a todo nivel, es prestada por mil 481 elementos y cuenta con 235 camas, de especialidades, hospitalización general, alojamiento conjunto, sala de trasplante, cubículo de protección radiológica, unidad de diálisis peritoneal, pediatría general y cirugía pediátrica.
Para otros servicios cuenta con cinco quirófanos, una sala de endoscopía, un quirófano de gineco-obstetricia, sala de labor, dos salas de expulsión, una de cardiología, alergología, rehabilitación física, medicina bárica y patología clínica.
El alto mando naval planeó la creación de dicha instalación hospitalaria para una atención médica integral especializada del personal naval militar y sus derechohabientes, que asciende a 250 mil usuarios potenciales.
Por ello se equipo con la mejor tecnología radiológica y medicina nuclear, fusionadas para el diagnóstico exacto de las enfermedades. Permite la reintegración pronta del personal militar a sus funciones e igualmente la incorporación a la vida social de los pacientes geriátricos, que han tenido eventos cerebro-vasculares y han sido operados de procedimientos ortopédicos.
Otra de sus áreas sensibles es la Unidad Quirúrgica, la cual cuenta con equipo e instrumental médico de alta tecnología que permitirá llevar a cabo procedimientos quirúrgicos, como trasplantes multiorgánicos, cirugía de corazón, cirugía laparascópica, cirugía cerebral y cirugía de columna.
Este tipo de avances no son ni con mucho acciones de corte político o para el lucimiento de unos pocos. Se trata de uno de los mejores esfuerzos para mantener unas fuerzas armadas sanas y fuertes, que respondan como la sociedad lo demanda en tiempos de mayor acción y compromiso.
Tanto el hombre que porta el uniforme y el arma, como sus familiares, deben contar con el respaldo justo para una vida segura. Sólo así se podrá evitar que la seguridad vuelva a ser desatendida “hasta alcanzar un grado peligroso en su control”.

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